Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Yo me alegro de que el señor Presidente del Consejo de Ministros espere con gusto de nosotros que regeneremos el sistema representativo, empezando por llevar la sinceridad a la cuestión electoral; porque lo espera, aunque espera que lo haremos cuando lleguemos al poder. Pues bien, Sr. Presidente del Consejo de Ministros; si para que hagamos nosotros eso, tenemos que llegar al poder, ¿por qué no lo hace S.S., que ya está en él? Hágalo S.S. ahora, y nos dará tal ejemplo, que será imposible que no lo sigamos. Pero si S.S. no lo hace, claro está que a nosotros nos será más difícil hacerlo. (Risas). Aún así y todo, lo haremos. Ya lo creo. Qué, ¿creéis que podéis destruir el sistema representativo, y luego nosotros hemos de tener mucha facilidad para hacer lo contrario? Pues yo os prometo solemnemente que lo he de procurar. Pero sobre todo, ¿cómo podéis hacerme a mí cargos por lo que haga cuando venga al poder, si empezáis vosotros que estáis en él, por no hacerlo? ¡Cuidado que sois egoístas!

Por lo demás, Sr. Presidente del Consejo de Ministros, yo estoy de acuerdo con S.S. y deseo esa práctica establecida para mi país. Un hombre de gobierno, un Presidente del Consejo, puede bajar a un meeting a decir lo que el Gobierno se propone; eso es muy hermoso, eso quiero verlo establecido en mi país, como lo está en Inglaterra y en otros países. Lo que no pasa en Inglaterra ni en otros países es, que un Ministro de la Gobernación vaya como un cacique electoral, de colegio en colegio y de distrito en distrito, recomendando candidaturas; no ocupándose de política, sino imponiendo candidaturas a los empleados: eso no lo ha visto S.S. en Inglaterra. (El Sr. Conde de las Almenas: Sí se ha visto). ¿Quién ha dicho que se hace? (El Sr. Conde de las Almenas: Lo hace Gladstone). Gladstone, lo que hace es explicar su política y las consecuencias de su política, y lo que se puede hacer en el interior y en el exterior; pero ir a recomendar y a formar candidaturas, no lo ha hecho jamás. Yo he leído un libro que S.S. ha escrito sobre los grandes hombres políticos, y me extraña que S.S. no le cuelgue a Gladstone o le atribuya el milagro que S.S. le ha atribuido ahora. (El Sr. Conde de las Almenas: Yo lo he visto en Inglaterra). Pues en el libro que ha escrito S.S. no lo dice, y creo que S.S. lo diría si lo hubiera visto, como dice otras cosas que seguramente no ha podido ver. (Risas).

Convengamos en que no es lo mismo que un Gobierno descienda a explicar su política, para que los electores después voten con conocimiento de causa a favor o en contra del Gobierno; no es lo mismo esto que ir proclamando candidaturas de distrito en distrito y recomendarlas a los electores, porque no es esa la misión del Gobierno; para eso tiene sus hombres, sus principios, y se conoce que SS. SS. no tienen confianza en ellos, cuando quieren directamente y por sí mismos conseguir el triunfo de determinadas candidaturas. [3690]